Fiscalía náufraga en multihomicidio de Temixco: pierde su teoría del caso
Carlos Quintero J.
Policías implicados en multihomicidio arriban al juzgado en medio de fuerte operativo |
En el primer día del juicio
oral, relativo al homicidio de seis personas de Temixco, la Fiscalía General de
Justicia de Morelos naufragó en su intento por acreditar su teoría del caso:
demostrar que la persona acusada disparó un arma para asesinar a dos policías.
La Fiscal, Fabiola Jazmín
García Betanzos planteó, en su discurso de apertura, al tribunal de
enjuiciamiento que José Antonio V. R. era responsable del delito de homicidio
en grado de tentativa en contra de Fernando M. B. y Pedro G. V.
García Betanzos relató a los
jueces del colegiado: Jesús Valencia Valencia, María Luisa de Jesús Rodríguez
Cadena y Teresa Soto Martínez que el hecho ocurrió la noche del 30 de noviembre
de 2017, alrededor de las 02:57 horas.
Los agentes de la Comisión
Estatal de Seguridad realizaban un patrullaje en la calle Francisco I. Madero,
del municipio de Temixco, y observaron a cuatro personas armadas que bajaron de
igual número de vehículos según la versión oficial.
Los policías ordenaron a los
pistoleros que se detuvieran pero no hicieron caso y corrieron a buscar refugió
en la casa, marcada con el número 32, hasta donde los siguieron.
- Los policías honrados,
honestos, son recibidos a balazos por parte de las personas armadas. Fernando
Medina Bahena recibe un balazo en su escudo, a la altura de su cara. Pedro
Gómez Valeriano recibe un disparo en el tórax- dijo Betanzos.
Debido a la agresión, los
agentes comenzaron a disparar. Por más de una hora y media se enfrascaron en una
balacera, en donde “lucharon por sus vidas” dijeron también en su argumento los
asesores jurídicos de las víctimas.
Por su parte el abogado
defensor, Víctor Javier Hernández Vega cuestionó la calidad moral de los
policías al preguntar: ¿Quién es el delincuente? y ¿Quién es la víctima? porque
los uniformados pretenden justificar un multihomicidio de aquella noche.
El tema causo escozor a la
Fiscal, quien objeto que no era “materia” para debatir en el juicio
pero el juez presidente del tribunal, Jesús Valencia pidió orden porque ese
momento no era oportuno para interrumpir a la contraparte.
Antes, Hernández Vega había
evadido las intentonas de la Fiscalía y los asesores jurídicos, José Manuel
Serrano Salmerón y Víctor Hugo Vázquez Lasso para posponer, por segunda ocasión,
el juicio oral.
Pero la circunstancia cambió
con la declaración del segundo testigo ofrecido por la Fiscalía, Solcamiri Hernández
Valois, perito en Química Forense, que intervino en el estudio de un chaleco
blindado que tenía una marca de bala en la placa.
La especialista, ofrecida
también como testigo de descargo por la defensa, fue contundente para echar
abajo la teoría del caso de la Fiscalía.
Víctor Javier Hernández puso
en aprietos a Solcamiri, al cuestionarla sobre otros dictámenes que realizó ese
día, entre ellos la prueba de rodizonato de sodio para saber si el acusado
había efectuado algún disparo con arma de fuego.
La contraparte objeto las
preguntas argumentando que ella no había sido ofrecida para declarar sobre ese
tema sólo para hablar del chaleco blindado. Aunque su testimonio también lo
ofreció la defensa: no era su momento para hablar de eso, dijeron.
- El abogado defensor va muy
rápido, su señoría, y apenas vamos comenzando a calentar- expresó el Asesor
Jurídico particular, José Manuel Serrano.
- Señoría, sabemos la
deslealtad con que se conduce la Fiscalía. Nosotros la ofrecimos también como
testigo pero por experiencia sabemos que la Fiscalía nos va a negar su
comparecencia y después nos va a decir que está de vacaciones o se fue de comisión
por eso queremos aprovechar su presencia- argumentó el defensor.
Resolver esa situación para
los jueces confrontó a las juezas, María Luisa de Jesús Rodríguez y Teresa
Soto. Tras una breve discusión, el Juez Presidente, Jesús Valencia se pronunció
porque el abogado defensor continuara con su interrogatorio.
La perito en Química
Forense, visiblemente nerviosa, corroboró científicamente: en las manos del
acusado,
José Antonio no se encontró ningún rastro de plomo o bario. Él no había
disparado ningún arma.
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