Entre violaciones al debido proceso, Juez vincula a “presuntos sicarios”
Carlos Quintero J.
El Juez de Control de Garantías,
Job López Maldonado resolvió someter a proceso penal a 15 personas, quienes el pasado
sábado 16 de febrero fueron detenidas en el municipio de Tlaltizapan y
actualmente son incriminados por la Fiscalía General de Justicia de
Morelos como: “presuntos sicarios”.
Lo anterior a pesar de que en
la audiencia de vinculación a proceso, iniciada a las 11:33 horas del día sábado
23 y concluida después de las 09:00 horas del domingo 24, la defensa de las
personas imputadas exhibió graves violaciones al debido proceso cometidas por la Fiscalía
de la Zona Sur Poniente.
Aunado a lo anterior López
Maldonado restó valor probatorio al testimonio de las 15 personas imputadas que coincidieron en afirmar que ellos habrían sido detenidos, por agentes de la
Comisión Estatal de Seguridad y del Ejercito Mexicano, en el interior de un
domicilio, en circunstancias totalmente distintas.
La versión de las personas
imputadas se confirmó con la de otras tres mujeres, testigos del hecho, y
quienes narraron al juez la manera en que los policías y soldados allanaron una
casa, en la calle Trinchera sin número de la colonia Campo La Curva del poblado
de Ticumán.
En el interior se celebraba
una fiesta, en donde se encontraban 11 de los hombres ahora imputados, cinco mujeres
y tres niños, quienes por más de tres horas habrían sido sometidos, golpeados,
privados de su libertad e intimidados por policías y soldados.
En otra casa distinta, pero de la misma calle Trinchera y colonia, fueron
aprehendidos Francisco Javier C. B., Alberto M. C. y Julio Cesar S. M., los
agentes allanaron el inmueble y se los llevaron con engaños, con el pretexto de
que iban a rendir una “declaración”.
Mientras el último de los
inculpados, José Alberto F. C. fue aprehendido en las inmediaciones de la calle
del Ferrocarril de la colonia Guadalupe Victoria del mismo poblado, donde esa
noche ocurrió una balacera.
En su declaración José
Alberto dijo que alrededor de las 20:45 horas se encontraba afuera de
la casa de su amigo, Alberto M. C., en la calle Emiliano Zapata del mismo
poblado, cuando llegaron dos personas, a quienes identificó con el nombre
de Set y su hermano, Adoniset.
“Venían en una camioneta,
como borrachos, acelerados, bien locos, y comenzaron a gritar frente a la casa de
un amigo, andaban buscando a un tal Cholo y La Nena, que los iban a matar, que
ya había valido madre. Ellos traían una escopeta y un arma chica” refirió el
ahora detenido.
La versión de ese hecho la
confirmó otra testigo, Rosalía Q. A. C. quien escuchó gritos y se asomó desde la
ventana de su casa para saber quién preguntaba por su esposo.
“Escuche una camioneta a
alta velocidad, se detiene frente al domicilio y grita: ¡Beto! Salgo y le digo
que no se encuentra y me dice que va a matarlo” declaró la joven mujer ante el
juez al tiempo en que identificó a la persona como: Set Bahena Contreras y su
hermano, Adoniset.
Rosalía dijo que Set se
retiró del lugar y ella tomó su teléfono y le llamó su esposo para alertarlo.
Después pidió de favor a José Alberto F. C. para que lo buscará y le informará de lo
sucedido.
Fue entonces que José
Alberto F. C. subió a su bicicleta y al circular por la calle Ferrocarril
observó al hermano de Set, quien conducía una camioneta verde de redilas,
mientras él tripulaba una moto y seguían a una camioneta, color blanco.
“Después ocurrió una
balacera, salió gente corriendo de aquella área, y se despegó la camioneta. La
gente se cubrió y nos escondíamos. Llegan estos muchachos, con la escopeta y me
preguntan para dónde se había ido la camioneta, yo les dije que no sabía y
comenzaron a golpearme” declaró José Alberto F. C.
De acuerdo con la versión
del testigo, al lugar llegaron policías pero nunca les quitaron el arma a los
muchachos, “Yo estaba tirado en el suelo, me llevaron a una casa y me
preguntaban en dónde estaban los demás. Yo no sé nada. Me golpearon y me sacaron encobijado,
me trajeron a Tlaltizapán y después a Jojutla”.
Guadalupe V. G. en su
declaración también refirió que esa noche, alrededor de las 20:00 horas, llegaron dos personas a su casa, ubicada en la calle Ignacio Bastida del centro de
Ticumán, y le gritaron a su esposo:
“¡Víctor, hijo de tu puta
madre! Sal hijo de tu puta madre. Set sacó una pistola y fue cuando yo lo vi”
declaró en la audiencia. Por ese motivo, ella denunció lo sucedido a la policía
tras escuchar varios disparos de arma.
Otra testigo, Raquel L. G. relató
que ese día, alrededor de las 22:00 horas, estaba en la casa, ubicada en la
calle Trinchera esquina Huachocote, con sus padres, sus hermanos y unos amigos,
conviviendo.
Ella salió al ver a un
grupo de policías frente al domicilio. “Me preguntaron: ¿A dónde habían sido
los disparos? quisieron entrar porque nos vieron tomando. Yo les pregunte qué sí
traían alguna orden después nos dijeron que nos metiéramos” expuso Raquel al
Juez Job López.
Alrededor de las 22:30 horas
llegó su hermano, Ezequiel, en su moto, había ido a dejar a su novia Leslie en
casa de sus abuelos, ellos estuvieron juntos todo la tarde de ese día. Su dicho
lo corroboró la madre de ella, además de una foto que una amiga les tomó juntos esa noche en el prefestejo del carnaval de Tlaltizapan.
Fue poco antes de las 23:00
horas que Raquel observó a policías y soldados que rodearon la casa de sus
padres y revisaban los vehículos de sus familiares y amigos, mismos que se hallaban
estacionados frente a la calle.
“Yo salí y pregunte por qué
los estaban revisando. ¡Que te importa!, me respondieron y me dijeron que no
los estuviera chingando”. Ella se metió de nuevo para cuidar a sus hijos
que dormían en una habitación de la casa.
Ella escuchó el golpe de la
puerta, y voces de hombres que gritaban tirarse al piso. Al salir del baño miró a todas
las sus parientes y amigos recostadas en el piso de la sala mientras eran encañonados con
armas largas.
Uno de los pistoleros le
ordenó a Raquel tirarse al suelo pero ella se negó porque quería estar junto a
sus hijos. Todas las mujeres fueron separadas de los hombres y conducidas hasta
un cuarto mientras ellos permanecieron en el mismo lugar.
Las pistoleros despojaron a
todas ellos de sus teléfonos, carteras, dinero y objetos de valor, y los
mantuvieron sometieron por varias horas. En tanto los policías y soldados revisaron
toda la casa en busca de armas pero no encontraron nada. Alrededor de las 4 de la mañana se llevaron a los once hombres.
En la madrugada llegaron
agentes de la Policía de Investigación Criminal, adscritos a la Fiscalía de la
Zona Sur Poniente, uno de ellos dijo a Raquel que su esposo ya había “cantado” y
le dio 10 minutos para le indicara en dónde estaban las armas, de lo contrario
se la llevaría detenida y sus hijos serían entregados al DIF.
Ella respondió que no sabía
a qué se refería. Al cabo de que el tiempo terminó, los agentes le ordenaron a
la mujer que se fuera. Raquel en compañía de sus dos hijos, su madre, su tía y
dos de sus hermanas salieron de la casa.
En la audiencia, los
abogados defensores de once de las personas imputadas evidenciaron ante el juez
una serie de violaciones al debido proceso cometidas por la Fiscalía, entre
ellas la falsa comparecencia de un abogado, en una diligencia, para justificar
que había respetado los derechos de las personas detenidas.
Miguel Maldonado Coría, un
abogado particular que conoció del asunto desde un principio, rindió su
declaración ante el Juez Job López y explicó que él jamás estuvo presente en la
diligencia de reconocimiento por fotografía al que sometieron a las personas
detenidas.
Para corroborar su dicho,
refirió que en la hora y el día en que se llevó a cabo la supuesta diligencia, él se hallaba
en una audiencia de juicio oral en el Juzgado de Atlacholoaya y podía presentar
vídeos para sostener su dicho.
Otra irregularidad de la
Fiscalía, es la declaración del agente del Ministerio Público, Luis Fernando
Diego González quien al ser cuestionado por la defensa, sobre su intervención
en el caso, incurrió en contradicciones respecto a peritajes que ordenó fuera de
tiempo.
El abogado se mostró visiblemente
nervioso cuando era entrevistado por los abogados defensores, incluso comenzó a
temblar, y atribuyó ese frío que sintió al aire acondicionado de la sala del
juzgado.
También se observó la falta
de argumentos jurídicos del juez para resolver, sobre todo cuando los abogados defensores de
los detenidos objetaban algunas de las preguntas que realizaba la Agente del
Ministerio Público, decía: “Hay que dejar que fluya la información”.
A pesar de todo lo expuesto
en las casi 24 horas que duró la audiencia de vinculación, el Juez Job López
Maldonado restó importancia a las declaraciones y peritajes ofrecidos por la
defensa y ordenó la vinculación a proceso de las 15 personas imputadas.
El juez concedió a la
Fiscalía un plazo de 2 meses para que investigue a las personas procesadas por
los delitos de extorsión y delitos contra la salud, y mantuvo la medida
cautelar de prisión preventiva en contra de las personas inculpadas.
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