Encubre juez imputaciones graves contra influyente empresario
Carlos Quintero J.
Jabnel Aileen C. B. tenía 8 años de edad cuando comenzó a
sufrir abuso sexual de Leonardo D. A., su padrastro; a los 15 tuvo su primera
hija, un año después su segunda. Padeció al menos 6 abortos por violencia
familiar, varios intentos de suicidio y una tentativa de feminicidio.
El jueves 24 de mayo de 2018,
el juez penal, Jesús Valencia Valencia resolvió no vincular a proceso penal a
Leonardo D. A. porque para él, los informes recabados por la Fiscalía General
de Justicia (FGJ) de Morelos, no tenían ningún valor probatorio aunque fuentes
consultadas hablaban de soborno.
Lo cierto es que se trata de una historia en donde la
resolución de un juez es poco creíble porque en ningún momento hizo mención de
los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia, que protegen tratados
internacionales y la constitución.
El antecedente de la investigación
de la Fiscalía establece que en el año 1993 Jabnel Aileen, y su hermano
quedaron huérfanos de padre. Ella tenía apenas 8 años de edad.
Su madre Georgina B. L. inició
una relación con Leonardo. La nueva familia se fue a vivir a una casa, en la
calle Genaro García de la colonia Jardín Balbuena, delegación Venustiano Carranza
de la Ciudad de México.
En su denuncia, Jabnel Aileen
declaró ante la autoridad ministerial que por las noches, Leonardo se metía a
su cuarto y la toqueteaba: “A los 12 años tuvo relaciones sexuales conmigo, era
la primera vez”.
A los 15 años de edad,
producto del abuso sexual, nació su hija Georgina, a los 16, Jimena. Leonardo
registró a ambas niñas con su apellido. Las hizo pasar como hijas de él y
Georgina B. L., hermanas de su verdadera madre.
En el 2005 llegaron a vivir a Cuernavaca.
En ese entonces él le dio el “titulo” de esposa a Jabnel Aileen y sus hijas
conocieron la verdad. Pero los problemas de violencia familiar continuaron:
“cuando estaba enojado agarraba contras todas”.
Jabnel Aileen tuvo al menos 6
abortos, aunque se mencionan 12. A la edad de 21 años pretendió suicidarse, no
lo logro, pero lo intento otras ocasiones. Fue por eso que en el 2013, él la
interno en un hospital psiquiátrico hasta enero de 2014.
Aunque en cierta etapa intento
rehacer su vida, regresó con Leonardo porque no le permitía ver a sus hijas,
temió que fueran abusadas sexualmente como ella.
Cabe mencionar que en el 2011,
Leonardo inicio un tercer concubinato con Olga Lidia T. S., su asistente, con
quien procreó dos hijos gemelos, Emilio y Emiliano. Ella también se fue a vivir
al Rancho Agua Salada. Pero ahora era ella la más violentada.
Quienes han visitado el
inmueble dicen que es un terreno de varias hectáreas con un zoológico privado,
al menos tres casas blindadas y una plaza en donde se celebran corridas de
toros.
Fue en ese racho donde la
noche del sábado 12 de agosto del 2017, alrededor de las 22:00 horas, Leonardo
y Olga Lidia T. S. protagonizaron una riña: “ese día, dentro de toda su locura,
(él) estaba peor que nunca”, recordó Jabnel Aileen.
Olga Lidia intentó huir, con
sus hijos gemelos, en una camioneta Cadilac, color blanco, blindada. Leonardo
la siguió en una cuatrimoto. Le dio alcance a 600 metros, antes de la salida
del rancho. Le dijo al guardia, que se hallaba en la caseta de acceso, que no
abriera el portón.
Leonardo ordenó a Olga bajar
de la camioneta. Ella se negó y él quiso abrir las puertas pero tenían seguro, trato
de forzarlas y rompió tres de las manijas. Exasperado tomo un pedazo de
concreto que encontró cerca, y lo arrojó contra el parabrisas pero el vidrio no
se rompió.
El hombre sacó una pistola,
que llevaba fajada en la cintura, y disparó contra el parabrisas después a las
llantas. Tan poco pudo. Al lugar llegó Jabnel Aileen y sus hijas, para tratar
de calmarlo.
Ellas convencieron a Olga de
abrir la camioneta. Una vez que ella abrió, él la agarró de los cabellos, la
tiró al piso, y amenazó con matarla pero Jabnel Aileen la ayudó y lo derribó. Mientras
ella lo sometía le dijo a Olga: “escápate como puedas”.
Leonardo logró librarse y arremetió
a golpes contra Jabnel, su hija mayor intentó ayudar a la mujer. Él quiso
golpear también a su hija pero ella se interpuso.
“A ti te va a cargar la
chingada” le dijo cuando sacó la pistola y le apunto a Jabnel, a la cabeza.
Ella lo retó a que disparará. Él accionó el gatillo pero el arma se encasquilló.
Por este hecho, la Fiscalía
inicio una carpeta de investigación y el miércoles 16 de mayo formuló
imputación, por primera vez, contra el empresario por el delito de tentativa
feminicidio.
Como parte del antecedente, la
Fiscal presentó un examen en psicología que estableció que Jabnel Aileen
presenta daño moral y psicológico severo, es decir: inseguridad, cansancio,
sentimientos de impotencia, ansiedad, problemas psicosomáticos.
Sin embargo esos datos de
investigación, y la declaración de otros testigos, no fueron suficientes para
el juez, Jesús Valencia Valencia. El lunes 21 de mayo resolvió no vincular a
proceso penal a Leonardo.
Minuto antes de ese mismo día,
Jesús Valencia otorgó una orden de aprehensión en contra de Leonardo: por el
delito de violación agravada y violencia familiar. Fue reaprehendido esa misma
noche.
El martes 22 de mayo se
desahogó la audiencia de formulación de imputación del segundo delito. El
miércoles 23 se celebró la audiencia de vinculación a proceso penal.
En su defensa, el abogado de
Leonardo presento la declaración de Olga Lidia T. S. quien declaró sobre el
problema de disfunción que él padece. Ella aseguró que por ese motivo tuvieron
que someterse a un tratamiento para procrear a sus hijos gemelos.
De igual manera, un médico
legista llevo a cabo una auscultación, y de acuerdo con la versión que el mismo
imputado le refirió, determinó que efectivamente padecía de disfunción, de
presión alta y diabetes.
En ese mismo tenor, ofreció un
peritaje en materia de grafoscopia, para acreditar que las firmas de las
denuncias de la mujer víctima eran diferentes, aunque la especialista nunca
recabo personalmente una muestra de la rúbrica de Jabnel Aileen.
Jesús Valencia resolvió en el
mismo sentido: “la Fiscalía no estableció con precisión algunos datos”; “fue
incongruente”; “fue omisa”; “no se desprende un señalamiento directo”; “fue
testigo de oídas”.
Para el juzgador, la declaración
de la víctima no se corroboró con otros medios de prueba, y cuestionó su veracidad.
El peritaje medico de las lesiones no estableció una fecha clara y concreta.
Valencia Valencia dudó del
peritaje en psicología porque fue obtenido de un informe escrito; la
declaración de los testigos no se habían sujetado al protocolo establecido. Él
nunca mencionó nada de sobre prevenir, sancionar y erradicar toda forma de
violencia contra la mujer.
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