La alcaldesa que nunca tuvo Temixco
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Carlos Quintero J.
Homenaje a Gisela Mota en la explanada del palacio municipal de Temixco |
Gisela Mota Ocampo hubiera sido la primera mujer en gobernar el municipio de Temixco, uno de los más inseguros en Morelos, pero las primeras horas del primer día de su mandato fueron las últimas de su vida.
La noche del viernes 1 de enero de 2016, Gisela Mota llegó a su casa alrededor de la media noche luego de que la tarde, de ese mismo día, rindió protesta como nueva alcaldesa.
- Si hoy me ven tranquila, pese a que dos días consecutivos tuvimos bloqueada la carretera principal que comunica a nuestro municipio, es porque tengo la firme convicción que con cambios sencillos y mirando a la cara... podemos hacer transformaciones para sacar a nuestro municipio adelante- dijo en su discurso.
Nadie ha podido confirmar dónde estuvo después de su toma de protesta pero la versión de un amigo cercano a ella es que acudió a comer con su novio, Fabián R. M.
Gisela llegó a su casa, subió a su recamara para descansar hasta la mañana del día siguiente, cuando poco antes de las 07:00 horas, despertó y escuchó los gritos de personas que preguntaban por ella.
Los hombres, encapuchados y armados con pistolas y rifles, tomaron por asalto su casa, ubica en la calle Lázaro Cárdenas de Pueblo Viejo. En su búsqueda revisaron cada una de las habitaciones del domicilio.
No era la primera vez que un hecho similar ocurría en Pueblo Viejo, dos días antes, el miércoles 30 de diciembre, una persona había sido secuestrada por un grupo armado. Pero en esa ocasión iban por ella.
-¿Quién es Gisela?- preguntó uno de los victimarios a la familia. No respondieron hasta que ella lo hizo.
-Yo soy Gisela- dio la cara a los encapuchados.
No hubo ningún mensaje, ninguna amenaza sólo la llevaron a la planta baja y frente a su madre, Juana y tres de sus sobrinas, le dispararon cuatro veces.
-La bajaron de su recamara, a mí me golpearon, la mataron delante de mí- confiaría después Juana, madre de Gisela, a Alejandro Vera rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) que acudió a darle el pésame.
Tras el atentado, los responsables huyeron en dos vehículos pero Gabino, el padre de Gisela, y uno de sus hermanos, los alcanzaron en una camioneta, y tuvieron la fortuna que durante la persecución encontrar una patrulla.
En el interior de la unidad estacionada, dormían los policías, a quienes les pidieron auxilio, y a su vez solicitaron vía radio el refuerzo de más policías porque los tripulantes de los carros comenzaron a disparar en su contra.
Horas después las autoridades darían a conocer, que derivado de un "operativo" del Mando Único y de agentes de la Policía de Investigación Criminal, tres personas, implicadas en el crimen, habían sido detenidos.
Mientras, en la casa de Gisela Mota, los paramédicos arribaron y confirmaron que la Presidenta de Temixco había muerto.
Una gran indignación en la sociedad causó el asesinato de Mota Ocampo. El obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro anunció una misa de cuerpo presente para el domingo 3 de enero, a las 09:00 horas, en la casa de la alcaldesa.
- La muerte de nuestra hermana Gisela ha descompuesto a una familia honrada y ha causado tanta indignación en la vida ciudadana. Todos estamos tristes, desconcertados, apenados y disgustados - dijo en la homilía Ramón Castro.
Ataviado con una túnica de color beige, con franjas rojo ladrillo y café, y un solideo rosa que cubría su cabeza, ante más de un centenar de personas que se congregaron en el patio y frente al domicilio, el Obispo condenó el homicidio de Gisela.
Ante el ataúd de madera barnizada, que reguardó el cuerpo de la mujer, y rodeado de más de una decena de coronas de flores, Ramón Castro lanzó las preguntas sobre el móvil de su muerte:
- ¿Cuál es el mensaje? ¿a quién lo dirige?
Lo cierto es que ni los familiares, ni los amigos cercanos de Gisela Mota sospechan de alguien en especial sólo el gobierno del estado se ocupó en difundir que el crimen, era atribuido a la delincuencia organizada.
No hay ninguna amenaza de muerte que ellos conocieran en contra de la presidenta municipal pero sí muchos intereses, tanto de gente muy cercana a ella como de grupos políticos, que se disputan el poder del municipio, quizá narcopolíticos.
En su discurso de despedida, en la explanada del edificio del ayuntamiento, Anastasio Solís Lezo, coordinador de campaña de Gisela Mota manifestó:
- Algunos me han preguntado por qué ella no tenía escoltas, yo les respondo como tú me decías que la policía debe de estar para cuida al pueblo no a los políticos.
Y recordó lo que ella le dijo:
- No le hago mal a nadie, no tengo porque tener miedo, el pueblo me cuida. Vengo a trabajar, hacer el bien, no me voy a cambiar de casa, voy a casarme con el pueblo, decía.
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